La Perestroika, problemas y perspectivas de la reforma en los países socialistas
Como es sabido, en el Derecho Constitucional de los Estados socialistas, cada constitución, entre otras funciones, se dice, cumple, o cumplían la de su brayar los avances que se producen en eso que se ha dado en llamar «construc ción del comunismo».
En este sentido, y, por lo que a Rusia y a la Unión Soviética se refiere, ha habido, a nivel federal, no hace falta recordarlo, cuatro constituciones: la de 1918 rusa, y las constituciones de la Unión Soviética de 1924, 1936 y 1977 esta última, actua)rnente en vigor.
Pues bien, en tanto que las Constituciones de 1918 y 1924 -una y otra deben ser consideradas conjuntamente- señalan el inicio del proceso, es decir, la toma del poder y el comienzo de la construcción del comunismo, la Constitu ción de 1936, marcaría el «hito» de la colocación de las bases del socialismo, y por su parte, la Constitución de 1977 sería la Constitución correspondiente a la fase del socialismo desarrollado.
Entonces cabe preguntarse ¿se trata ahora, también, de subrayar la supera ción de otra fase en la construcción del comunismo?. No parece que sea así, al menos si nos atenemos a las declaraciones y documentos oficiales; toda esa teoría sobre las etapas y fases de tal edificación está siendo puesta en entredicho, y, en todo caso, más bien habría que pensar en un paso atrás, o mejor, en una reconsideración de la teoría, en el sentido de que quizá no se habría lle gado tan lejos como se pretendía.